Un comerciante de tamales de Oteapan, Veracruz, Víctor Manuel Antonio Morales, fue detenido por oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública de la entidad en 2014 –cuando el priista Javier Duarte de Ochoa era Gobernador de la entidad– y llevado a un centro de tortura operado en Coatzacoalcos; las autoridades estatales lo ligaron una supuesta banda de secuestradores que operaba en el sur porque su camioneta, que tardó años en comprar, era similar a la que dicho grupo utilizaba.
Durante su detención, junto con otras personas, habría sido trasladado a lo largo de 400 kilómetros hasta un calabozo en la Academia de Policía El Lencero, en Xalapa, donde su destino habría quedado en manos de un grupo conocido como “Los Fieles”, supuestos miembros de la Fuerza Especial de la Secretaría de Seguridad Pública.
Los presuntos oficiales y ex oficiales responsables de este delito que sembró terror en el sur ya están detenidos. Este es el primer caso similar que se sanciona en el sur de Veracruz.
Por Ignacio Carvajal
Veracruz/Ciudad de México, 26 de octubre (Blog Expediente/SinEmbargo).– Víctor Manuel Antonio Morales era un comerciante de tamales que a diario madrugaba para preparar los alimentos que comerciaba en pueblos del sur de Veracruz.
Tenía su casa en la cabecera de Oteapan, donde vivía del comercio de tamales y con ello mantenía a su familia.
Desde joven había emprendido el negocio con sus hermanas, él compraba la materia prima, los elotes, la masa, las hojas de plátano y ellas los cocinaban para después salir juntos a venderlos por las tardes en los alrededores de Coatzacoalcos y Minatitlán.
Con esfuerzos, después de años, logró comprarse una camioneta de uso que habilitó para salir a vender su producto, el cual tenía una alta demanda por el sabor el sabor inigualable de la gente con raíces indígenas de Oteapan.
A la Policía veracruzana le llegó el reporte sobre una supuesta banda de secuestradores que operaba en el sur en una camioneta parecida a la de Víctor Manuel Antonio, salieron a cazarla y la encontraron, y así, desde julio del 2014, no se conoce el paradero del vendedor después de haber sido detenido en la vía pública por oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de la entidad.
Ese 15 de julio, Víctor Manuel Antonio Morales había salido a divertirse con unos amigos y se encontró con elementos de la SSP que lo aseguraron mediante el uso de la violencia, cerca del municipio de Chinameca.
El joven disfrutaba de un fin de semana de diversión con sus allegados cuando la policía lo detuvo sin razones y se lo llevaron a él y a otras personas que le acompañaban con rumbo a Coatzacoalcos.
Durante varios días, Víctor Manuel estuvo detenido en un centro de tortura operado por la SSP, que en esos tiempos del Gobierno del priista Javier Duarte de Ochoa estaba bajo el control del «Capitán Tormenta», Arturo Bermúdez, preso hoy en Pacho Viejo por delitos contra el erario y por desaparición forzada.
En ese operativo, en el cual cayó el comerciante de tamales, también se llevaron a otros 20 o más ciudadanos de Oteapan y Chinameca. Al paso de los días la mayoría regresaron a casa, menos el tamalero y otros cuatro ciudadanos.
Por estos hechos, la Fiscalía General del Estado obtuvo nueve órdenes de aprehensión por desaparición forzada contra dos ex elementos de la SSP y siete oficiales en activo de la misma corporación por los hechos acontecidos en Oteapan y Chinameca entre el 15 y el 16 de julio del 2014.
Esos dos ex oficiales y los gendarmes en activo resultaron detenidos -informó la Fiscalía General- entre el martes y lunes de esta semana en Catemaco, Perote, Coatzacoalcos y Veracruz.
Esos oficiales ya están internados en el penal de Coatzacoalcos, a la espera de la judicialización en el viejo sistema.
Se sabe que son: Esteban Suárez López, Francisco Domínguez Cardeña, Ángel Teoba Canela, Epifanio Cruz Antonio, José Alfredo Flores Narciso, Ulises Martínez Hernández, Eliseo Valencia Román, Jesús Alberto Hernández Domínguez y Julián Pérez Rodríguez.
De ellos, el de mayor rango es Jesús Alberto Hernández Domínguez, quien fue delegado de la SSP en Tuxpan y Coatzacoalcos, así como comisario general de la SSP, uno de los más allegados al “Capitán Tormenta”.
Jesús Alberto Hernández Domínguez y sus hombres son señalados directamente de participar en esas acciones que afectaron a los habitantes de Otepan y Chinameca, aunque hasta ahora el caso más sólido es el de Víctor Manuel Antonio Morales. Su familia se ha congregado en el colectivo de Belén González, de Coatzacoalcos, para recibir acompañamiento.
Los otros afectados que no aparecen son Felipe Martínez Martínez, y su esposa, Guillermina Pérez, quienes eran comerciantes de ropa, así como su empleado, Roberto Toto Bustamante, y el transportista Otoniel Morales Martínez.
A todos se los llevaron de sus hogares y de la vía pública en Oteapan, aunque las memorias de ese día también ubican al comando de la SSP en Chinameca y goteras de Coatzacoalcos.
Ese día, contaron familiares de los afectados, el operativo se centró en la colonia Adolfo López Mateos de Oteapan. Ahí fueron sustraídos de sus casas los dos comerciantes de ropa y su empleado.
Los que lo vivieron recuerdan a docenas de patrullas de la SSP cerrando entradas y salidas a la colonia; que también un helicóptero de la SSP sobrevolaba.
Otoniel, al igual que el comerciante de tamales, fueron sorprendidos en las proximidades con Chinameca.
En esos dos días, cuentan las personas que lo vivieron, el terror se manifestó en forma de elementos de la SSP que iban fuertemente armados y encapuchados. El pueblo estuvo copado, si se buscan esos registros en la prensa no hay nada en referencia al mega operativo que asoló a ese pueblo de 12 mil habitantes; su mayoría indígenas.
Las familias de los que fueron llevados esos días, comentaron que buscaron a sus seres queridos en instalaciones de la SSP, en la Marina y Mando Único sin éxito.
Sólo algunos pudieron saber que el principal factor que afectó al comerciante de tamales fue su camioneta, presuntamente parecida a la empleada por los secuestradores. Eso lo supo la familia en instalaciones de la Policía Naval en Cosoleacaque, en donde les confirmaron que Víctor Manuel sí había sido detenido e intervenida su unidad automotriz, de la cual hasta la fecha no hay reporte de dónde quedó.
En los relatos a los que se pudo tener acceso, se sabe que ese grupo de personas sustraídos por la SSP habrían sido llevados a sus instalaciones cerca del penal Ostión Duport y a otras detrás del hotel Terranova de Coatzacoalcos, en las que ya se han realizado búsquedas de restos humanos por parte de la Fiscalía y Colectivos.
Durante varios días, en esos sitios habrían sido torturados, humillados e interrogados sobre su presunta participación en delitos de alto impacto, se comenta incluso que algunos de los que fueron levantados quedaron en libertad y se dieron a la fuga del pueblo, dejando atrás todo lo relacionado con ese evento, menos el comerciante que hoy es motivo de la detención de esos nueve ex servidores públicos y los otros cuatro ciudadanos.
La familia del comerciante de tamales de Oteapan está segura de que éste no realizaba actividades ilegales. Lo recuerdan como un joven humilde, sin mayores ingresos que los obtenidos por medio de su trabajo y que lo poco que le quedaba era para su diversión los fines de semana. Sin embargo, antes de eso siempre era su trabajo y la familia.
Víctor Manuel Antonio Morales –relata su familia– tenía muchos sueños, entre ellos hacer crecer el negocio de la venta de tamales, poseer más camionetas para comerciar y que sus seres queridos tuvieran buenos ingresos.
En un comunicado emitido por la Fiscalía General se expresa que las víctimas habrían sido trasladadas desde Coatzacoalcos, a lo largo de 400 kilómetros, hasta la capital del estado, a los calabozos de la academia de Lencero, empleada como centro de detención ilegal y tortura en los años de Bermúdez.
En el Lencero, los hoy detenidos entregaron al comerciante –y probablemente a las otras cuatro víctimas– a “miembros de la Fuerza Especial de la Secretaría de Seguridad Pública, conocidos como ‘Los Fieles’”, que eran encabezados por Roberto González Meza, quien está preso en Pacho Viejo por acusaciones similares.
Desde febrero pasado, con la detención de otros ex servidores públicos, salió a la luz que «Los Fieles» se deshacían de sus víctimas lanzándolos a la Barranca de la Aurora, en los límites de Xalapa con Emiliano Zapata, junto a la colonia Antorchista.
En febrero pasado, la Fiscalía General sentó acusaciones contra ex elementos de la SSP y contra González Meza por el caso de la Aurora, quienes permanecen internos en el penal de Pacho Viejo.
Las acusaciones alcanzaron a ex servidores públicos de la Fiscalía, incluso, al ex titular en la época de Javier Duarte de Ochoa, Luis Ángel Bravo Contreras, su ex director de Periciales, Gilberto Aguirre Garza; la ex directora de Investigaciones Miniateriales, María del Rosario Zamora González; y la ex Fiscal regional de Xalapa, Carlota Zamudio, quienes han buscado medios para alcanzar la libertad.
Belén González, presidenta del colectivo de familiares en búsqueda del mismo nombre, y que acompaña el caso del comerciante de tamales y de los otro cuatro pobladores de Oteapan, dice que hay elementos que ubican a la víctima en el Lencero, más no en la Barranca de la Aurora, y ahora espera que el siguiente tramo de la investigación ayude a saber el paradero de esta persona y de los tantos más en el sur del estado.
Con estas detenciones, suman 63 los ex servidores públicos encarcelados por desaparición forzada durante el Gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, entre ellos un ex Fiscal, un ex Secretario de la SSP y hay acusaciones contra el ex Gobernador veracruzano Duarte de Ochoa, y orden de aprehensión contra el ex Secretario que reemplazó a Bermúdez, José Nabor Nava Olguín.